Sobre la figura de Satanás (II)
Resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.
(Santiago 4:7, 8)
Quien es Satanás
El diablo (Satanás) conoce tu nombre, pero te llama por tu pecado (mientras Cristo conoce tu pecado, pero te llama por tu nombre). El demonio existe e Invita al mal, no tengas duda. Decía el Papa Beato Pablo VI: “El mal no es solamente una deficiencia, sino una eficiencia, un ser vivo, espiritual, pervertido y pervertidor”. Satanás se manifiesta de numerosas maneras, muchas veces de formas sibilinas, y otras, con sumo descaro. Mientras el demonio desea conquistar y destruir todo tu ser, tu espíritu, tu cuerpo, tus pensamientos, tus sentimientos y tu alma… y estos títulos revelan su naturaleza y obra: (1) El gran dragón: Dará la bienvenida y poder al Anticristo en la gran tribulación, (2) La serpiente antigua: quien sedujo a Adán y Eva, haciéndolos caer y arruinando su descendencia. (3) Diablo: el acusador, el que lanza una acusación calumniosa. (4) Satanás: el adversario.
En el cristianismo, se le ve como a un ángel caído, principalmente “el acusador” y en hebreo: שָּׂטָן sa'tan, lo encontramos como “el adversario”; una entidad decididamente perversa que posee cualidades malignas y de persuasión. Pero sobre todo es astuto como la serpiente que es (Génesis 3:1-5), que está, en todo momento y a todas horas, siempre ocupado yendo de aquí para allá en la tierra, buscando a quien devorar, y pocos tienen idea de la enorme e infatigable actividad que desempeña, y menos todavía de su efectiva sutileza. Es un león siempre acechando su presa. Las mismas Escrituras nos dicen que Satanás no solo es real e inteligente, sino que es tan tremendo, que el mismo término de fuerza y utilizado para Cristo, llamado el «León de Judá» figura de la realeza, se utiliza para Satanás, llamado «el León rugiente –el Mentiroso– que busca a quienes devorar». Alguien, sin duda, mucho más fuerte y astuto que tú y que yo. Por lo que el pueblo de Dios y la iglesia de Cristo, deben estar siempre alerta y preparados para reconocer y resistir al astuto enemigo. Esa resistencia es lo que Satanás más teme, ¡creedme! Él conoce mejor que nosotros los límites de su poder, hasta dónde puede llegar con sus engaños y artificios, y cuán fácilmente puede ser superado y vencido, sobre todo en su propio orgullo en el que encuentra un gozo, amargo y triste al tiempo, cuando nos resistimos y le hacemos frente por nuestro amor a Cristo y fidelidad a Dios y a su palabra, en la seguridad que Él está ahí siempre de nuestro lado y a nuestro lado cuando le necesitamos y se lo pedimos. Pues por el auxilio de la fuerza y de la palabra divina, el santo más débil puede más que Diablo y todos sus ángeles juntos.
I
El gran Dragón: La serpiente antigua
Cuando el diablo (o Satanás) se revela en el cielo lo hace de modo lúcido y consciente; además, consiguió que la tercera parte de los ángeles se rebelaran junto a él contra Dios, a través de la mentira. Les hizo creer a aquellos ángeles, engañándoles, que él era mejor, que Dios estaba equivocado y era débil (por su misericordia). Luego por su soberbia y orgullo cayó, convirtiéndose en el diablo /o Satanás, y los ángeles engañados que le siguieron cayeron con él —Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama el diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él. (Apocalipsis 12:9-10)— convirtiéndose en seres de maldad, que hoy aún siguen haciendo lo mismo: mintiendo y engañando. Esta palabra engaño tiene varios significados: (1) En el hebreo: Fraude, malicia, falsedad, vanidad. (2) En griego: seducción, llevar cautivo, llevar al error, doblez, engañar con un anzuelo, cebo, trampa, por ejemplo: Romanos. 3:13-14 (“con la lengua engaña”). Por tanto, las palabras engaño y mentira conviven, pues su relación es vital e inevitable entre ambas, siendo inseparables la una de la otra, y de Satanás. Y haríamos mal en confiarnos y pensar que Satanás no es una idea o un mito sin más: “El mal no es solamente una deficiencia, sino una eficiencia, un ser vivo, espiritual, pervertido y pervertidor” — decía Pablo VI.
Y de la tierra Satanás quiso entonces, y ahora, hacer de ella su dominio: quiere ser el dios de este mundo. El versículo (2 Corintios 3), dice "a quienes el dios de este mundo", es decir, Satanás; él es el dios de este siglo, o sea, el dios de esta época. Pero en el Antiguo Testamento se nos dice que todo concepto del dominio era compartido con Adán y Eva. Al hombre Dios le dio dominio sobre la tierra para ser un vice-regente con Dios mismo, Por supuesto, lo echamos terriblemente todo a perder y fuimos sometidos cada vez más al poder de Satanás. Pero este es todavía el mundo de Dios, aunque contaminado, por el pecado.
Nota: Cuando la serpiente joven de Génesis llega a Apocalipsis se ha vuelto más experta, madura, terriblemente malvaba. Apocalipsis 20:2 dice: Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años. Observa que de Apocalipsis 12:9 a 20:2 la serpiente antigua se volvió Dragón. En Ocho capítulos (del 12 al 20) Satanás sufrió una tremenda metamorfosis (de serpiente a Dragón). La palabra “Dragón” indica la edad máxima, la consumación máxima, la estatura máxima a que puede llegar una serpiente. Toda serpiente anhelaría ser Dragón, pero es más fácil para un ángel atrapar a un Dragón que a una serpiente joven. Y el ángel prendió al Dragón, la serpiente antigua, qué es diablo y Satanás. Un Dragón viejo está próximo a ser atrapado para ser lanzado al lago de fuego y azufre.
II
La serpiente, la más astuta, sembradora de duda
Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y esta dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: ``No comeréis de ningún árbol del huerto"? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: ``No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis." Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis. Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal. (Génesis 3:1,5). La astucia delata a Satanás, pero como vemos, no frente a sus víctimas, y su arma preferida es la duda: “Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo” (2 Corintios 11:3), y cierto es: que engañara nuestros los sentidos a través de palabras cercanas y seductoras (doy fe) de los ojos: las cosas que veremos y no son; y de los oídos: las cosas que escucharemos, y no se escuchan. Y a través de esas palabras, que no se escuchan, pero escuchamos nosotros, depositará semillas de maldad y rebelión contra el mismísimo Dios, como vimos antes con Eva (Génesis 3:1-6), e igualmente con judas en el caso de cristo. “Y detrás del pan, entró en él (en judas) Satanás”. (Juan 13), y que (Lucas 22:3-6) igualmente nos detalla de la misma escena: "Entonces Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, uno de los Doce. Y Judas fue a los jefes de los sacerdotes y a los oficiales de la guardia del templo, y discutió con ellos cómo podría traicionar a Jesús. Estaban encantados y acordaron darle dinero. Él consintió y buscó la oportunidad de entregarle a Jesús cuando no hubiera multitud".
En su caída (nuestra caída), nuestros padres primeros perdieron mucho más que solo su imagen original de Dios. No fue solo el hombre sino toda Tierra que caerían bajo el control del maligno por causa del pecado, teniendo luego que ser aquella situación restituida por un plan de redención. Resumiendo, lo que luego sucedió es que el poder y la autoridad de Satanás en el mundo han recibieron un golpe tremendo por parte de Cristo: Redentor. La cruz, la encarnación, la resurrección y la ascensión al lado del Padre debilitaron tremendamente cualquier poder y autoridad que Satanás disfrutara en la tierra, pero no lo aniquilaron por completo. Eso vendrá después, cuando Cristo remate su obra de redención mediante la consumación de su Reino, y todas las cosas sean puestas cautivas delante de Él, y toda rodilla se doble ante Él, incluyendo a los ángeles caídos, los cuales se inclinarán en sumisión a su autoridad. El engañador termina siendo el más engañado de todos, (2 Tim 3:12-13). Lo increíble es, que el diablo todavía cree que puede detener los planes de Dios.
Por ello, y si bien, la autoridad y el poder de Satanás están limitados y subordinados a la autoridad que posee Cristo, la gente le rinde hoy, a todas vistas, más lealtad al príncipe de las tinieblas que al Príncipe de la luz y la Paz: un acto de usurpación, o nuevo intento de usurpación por parte de Satanás, al que debemos estar muy atentos, para no formar parte de este.
(1) dictándote, pretendiendo dictar, reescribir en nombre del señor, una parte de los evangelios: o un nuevo Apocalipsis (que no se entiende o se entiende mal, te dirá) para que así, se entienda mejor, y (yo) te lo dictaré (abril - 2023) ahí su soberbia le delatará. Al pretender que dios se equivoca, que Jesús se equivocó. Pues la palabra sagrada es inamovible —así en tiempos cambiantes esta permanece, para asirnos a ella: siempre igual— y dios omnisciente: “que todo lo conoce”, jamás se equivoca.
III
El Acusador
Satanás Es maestro para avergonzarte y la acusación es su marca y su lanza. Con Sus mentiras hiere y sus acusaciones aguijonean. Levantará tu ego y tu orgullo solo para tirarte al suelo: revolcarte y humillarte. Satanás es astuto y fuerte, pero hay un poder que no puede vencer, y ese poder está de tu lado. Aprende a responder cuando el diablo toca tu puerta.
Job 2: "Respondió Satanás al Señor (Dios), y dijo: ¡Una cosa por la otra!—replicó Satanás—. Con tal de salvar la vida, el hombre da todo lo que tiene. Sin embargo, extiende ahora tu mano y toca su hueso y su carne, {verás} si no te maldice en tu {misma} cara". (Job 2:4-5).
Zacarías 3: “Entonces el ángel me mostró a Josué, el sumo sacerdote, que estaba de pie ante el ángel del Señor. El Acusador, Satanás, estaba allí a la derecha del ángel y presentaba acusaciones contra Josué. Entonces el Señor le dijo a Satanás: «Yo, el Señor, rechazo tus acusaciones, Satanás. Así es, el Señor que eligió a Jerusalén te reprende. Este hombre es como un tizón en llamas que ha sido arrebatado del fuego». La ropa de Josué estaba sucia cuando estuvo de pie ante el ángel.
IV
El Mentiroso
Una de las estrategias de Satanás y los suyos, la más usada será mentir, "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él". (Jn 8:44). Pero aunque sepamos que Satán es un mentiroso, no por ello está ya derrotado, no pequemos de confianza y orgullo, como él, pues para poder desenmascarar una mentira, primero hay que reconocerla y reconocer y desenmascarar a su maestro en ella, por medio de la verdad. Estamos tratando con la esencia de la hipocresía, la falsedad y el engaño, Pues "Cuando miente, habla según su naturaleza, porque es mentiroso y padre de la mentira". (Jn 8:44). Y de las mentiras, las religiosas son especialmente graves, pues han puesto en peligro la vida futura de los engañados. “¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Recorren tierra y mar para ganar un solo adepto, y cuando lo han logrado lo hacen dos veces más merecedor del infierno que ustedes”.(Mateo 23:15.)
Luego el cambiar la verdad de Dios por “la mentira” puede llevar al vicio y la degradación (Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros). Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es bendito por siempre. Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. Así mismo, los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión. Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer. Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se ingenian maldades; se rebelan contra sus padres; son insensatos, desleales, insensibles, despiadados. Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no solo siguen practicándolas, sino que incluso aprueban a quienes las practican.(Romanos 1:24-32.)
El que nos ciega
Otra de sus estrategias más conocidas, es que Satanás controla y ciega las mentes de los incrédulos. El libro de 2ª Corintios 4: 3,4 dice, 3 "Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; esto es, entre los incrédulos, 4 a quienes el dios de este mundo les cegó el entendimiento, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios". Leemos en los versículos 3 y 4 de del capítulo 4 de 2 Corintios.
Cuando uno recorre diferentes paisajes de este mundo, como en mi caso viajando a tantos lugares, se resiste a considerar a Satanás como el dios de este mundo tan hermoso. Podemos decir, por tanto, que este es el mundo de Dios. Aunque el pecado y la maldad humana, lo ha contaminado: todavía es de Dios. Pero El enemigo de Dios: el “pretendido" dios de esta época, ejerce una notable influencia sobre lo que está ocurriendo en nuestro tiempo y en el mundo. Él es quien cegó y ciega con distracciones, y destellos de vanagloria (vanidad), pedantería y ego, el entendimiento de los que no creen: los incrédulos. Unos dicen "no entiendo el evangelio”; otros dicen: “No lo he escuchado en toda mi vida”; y otros: "para mí no significa mucho, hay cosas que no puedo comprender". Pero ¿Qué ha sucedido? Han sido cegados, son los que se pierden: incrédulos, de lo que no ver: pues están deslumbrados por otra luz: cegados. La luz del evangelio está brillando, pero el enemigo ha entorpecido su visión (cegándolos) para que no puedan verla y distinguir de esa otra falsa luz (el engaño, la distracción y las mentiras), y mientras tanto vean (no lo olvidemos) otras cosas. Esta es, pues, la ceguera que proviene de Satanás e impide 26 que se despierten, y escapen de la trampa donde el diablo los tiene cautivos, sumisos a su voluntad, para “volviendo en sí, {poder escapar} del lazo del diablo, habiendo estado cautivos de él para {hacer} su voluntad”. (Timoteo 2:26) Por si quizá Dios les conceda que se arrepientan y conozcan la verdad,
Pero el problema, su problema, no radica en la Biblia sino en sus vidas, que se sienten aludidas directamente por las Sagradas Escrituras. Siendo, por tanto, una incredulidad deliberada que permanece dentro de ellos, pues les conviene a su modo de vida no creer la palabra del señor. Vuélvase a Dios con una actitud de arrepentimiento; esté dispuesto a permitir que el Espíritu de Dios le revele Su verdad, y Él se complacerá en mostrarle la gloria de la gracia de Dios, brillando en el rostro de Jesucristo.
Seguramente nadie negará que de Isaac Newton fue un gran intelectual y científico, además de creyente. Alguien un día le dijo: "Yo no entiendo. Usted parece creer en la Biblia como un niño pequeño. Yo lo he intentado, pero no puedo. Muchas de las afirmaciones Bíblicas no significan nada para mí y, por lo tanto, no las puedo creer". Y esta fue la respuesta de Isaac Newton: "A veces entro en mi estudio distraído, e intento encender la vela con el capuchón extinguidor que sin darme cuenta había dejado colocado sobre ella. Y por más que intento encenderla, por supuesto, no puedo. Pero al retirar el extinguidor, entonces si puedo encender la vela. Me temo que en su caso, al decirme que usted no puede creer, el extinguidor es el amor a sus pecados (a lo que hace en su vida y hace mal, con respecto a dios); es, por tanto, una incredulidad deliberada que permanece dentro de usted, pues le conviene a su modo de vida. Vuélvase a Dios con una actitud de arrepentimiento; esté dispuesto a permitir que el Espíritu de Dios le revele Su verdad, y Él se complacerá en mostrarle la gloria de la gracia de Dios, brillando en el rostro de Jesucristo". Isaac Newton no solo fue un gran científico sino un destacado predicador. ¿Por qué no cree la gente? Porque Satanás ha cegado sus ojos, ha oscurecido su vista espiritual para que, como dijo Pablo en este pasaje, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. El mensaje del evangelio es glorioso porque revela la gloria de Cristo. Y aparentemente, eso es precisamente lo que los seres humanos no quieren ver.
El Circo de Satanás
A todos nos gustan, el circo y los fuegos artificiales: otra estrategia es que Satanás también hace señales y maravillas en el cielo (yo mismo las he visto y confieso: me había engañado). Según el libro de 2 Tesalonicenses 2:9, que dice: La venida (o llegada) del inicuo será por la forma en que trabaja Satanás: usará todo tipo de despliegues de poder a través de señales y maravillas que sirven a su mentira,
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