UNA VISIÓN CIENTÍFICA SOBRE “EL VACÍO Y LA NADA" NO SON LO MISMO
LA CONDICIÓN DE LA NADA SIEMPRE SE CUMPLE
¿Cómo se puede cumplir ninguna condición en algo que no existe? ¿Me estoy contradiciendo? Pero que la condición de la Nada Absoluta se cumpla: “no ser”, entiéndase: totalmente inexistente, no es óbice para que precisamente por cumplirse, podamos hablar de la Nada como tal: de aquello que imaginamos, pero inexistente en absoluto; y precisamente, porque la condición de la Nada para que no sea (o bien sea eso: ausencia de todo) debe siempre cumplirse… podemos afirmar, que ciertamente “no es” y no existe. Además, la física parece confirmarlo, cuando ha demostrado que más allá del vacío no hay nada observable o medible, sino solo vacío, pero (y aquí empieza lo embarazoso) que fluctúa y, por lo tanto, no es la Nada. Pues en este vacío la energía aparece y desaparece, como si fuese y viniese, pero (entonces esto, no demuestra más bien que la Nada, sencillamente, no existe y, por tanto, el enunciado es absurdo (sí, pero no). ¿De dónde viene esa energía? Si concluimos que el vacío no es la Nada, pues en él suceden cosas, y entendemos que Nada viene de Nada o de la nada (y La condición de la Nada, para que sea Nada absoluta, se cumple siempre) esta energía ha de venir de algún lugar (o ya estar ahi) y no venir de la Nada. Vemos que se manifiesta esta energía en el vacío, pero luego desaparece, y pensamos (en nuestro entendimiento) que el vacío no puede crearlo por sí mismo, pero aparece, y entonces, de ahí que nos remitimos a lo que no entendemos, afirmando: viene de la Nada. Pero cómo: tal y como lo plantea la ciencia y la razón (viene de algún sitio) esta energía surge al vacío observable y medible, pero ¿no del mismo vacío, ellos entienden?: surge a él donde se manifiesta, quieren decir, pero ¿por qué surge? Quiero decir ¿Por qué surge energía y no más bien Nada,?, pues observamos que surge algo, pero… ¿Podría surgir esta energía de la Nada? Pues razonando: no, no puede ser (al menos, si entendemos, y de nuevo repito, que La condición de la Nada, para que sea Nada siempre debe cumplirse: no surge en ella o de ella, pues en ese caso algo detectaremos de ese lugar, o las partículas en tránsito; además: la condición de la nada como tal absoluto debe siempre cumplirse y «nada surge de la Nada», «ex nihilo nihil fit». Repito: «de la Nada, nada proviene». Y, es aquí, donde la filosofía debería hacerse escuchar: dar un golpe sobre la mesa y no irse por las nubes, e incluso ayudar a la ciencia, haciendo reflexionar a los científicos en sus conclusiones, cuando afirman: “no podemos descartar que nuestro universo se haya creado de la Nada” (lo que me recuerda aquel enunciado) incumpliendo así, el principio metafísico (universalmente aceptado e irrefutable) por el cual, ningún ente puede empezar a existir a partir de la Nada. Además, pasaron algo por alto: La condición de la Nada siempre se cumple, incluso como concepto: siempre se cumple (y esto nos ayuda a entender algo), pues de no ser así, no hablamos de la Nada absoluta. Y, si hablamos de la Nada, entendemos que su condición se cumple, y se cumple siempre ¡Con todas sus consecuencias!... ni siquiera cabe algo a partir de la nada, que ahora es, pues de “la Nada” tampoco cabe un haber sido… nunca fue, de ser así, no estaríamos aquí. Por lo tanto, eso que surge y desaparece, no desaparece de ahí para luego aparecer, sino que siempre está ahí, de alguna forma por la que unas veces se manifiesta en partículas medibles y otras, en forma no medible, pero ahí está siempre: presente o no presente, a los sentidos y los instrumentos, siempre está, ahi mismo.
VACÍO Y LA NADA NO SON LO MISMO
“Hace 10 años Stephen Hawking y el físico belga Thomas Hertog publicaron un trabajo científico en el que postulaban que el pasado no existe independientemente del presente o de la observación que hacemos en este momento. Hawking y Hertog invirtieron el orden usual en el que se estudian los fenómenos —de abajo hacia arriba o desde el principio hasta el final— proponiendo que un método top-down (de arriba hacia abajo) más adecuado, a su parecer, para entender el delicado balance que ha hecho posible el surgimiento de la vida en el universo. Lo malo de trabajar con el tiempo es, que a veces te pueden responder desde el pasado: ¿Es que había un abajo? ¿Había acaso un arriba? Había lo que siembra y lo que puede ser grande…/… ¿Quién sabe con certeza? .../... Esta emanación de dónde viene, si es hecha o no lo es, el que en el cielo más alto es el vigilante, tal vez lo sepa, a no ser que ni siquiera lo sepa él”.-Sobre la creación Rig Veda (10.129) siglo II ac))
Desde que los primeros buscadores del conocimiento, los filósofos intentaron definir la Nada, este ha sido un concepto muy esquivo y tendente a equívocos. En ciencia, a partir de que se descubre que la Tierra se mueve en el espacio, se han intentado medir las propiedades de ese medio, hasta que un experimento a finales del s. XIX posibilitó "concluir" que el espacio estaba vacío. Principio del que parten algunas ramas de la ciencia como las teorías de la relatividad de Einstein. Pero de todo ello surgió un problema, justo cuando se intentó cuantizar el electromagnetismo: pues el espacio vacío no permitía ninguna teoría estable, este espacio vacío debía estar formado de algo y gracias a volver "llenar" de energía el espacio vacío, se desarrolló el electromagnetismo cuántico QED, (EDC o QED como acrónimo en inglés de Quántum Electrodynamics, o teoría cuántica del campo electromagnético, y que nos describe los fenómenos que implican las partículas eléctricamente cargadas que obran recíprocamente por medio de la fuerza electromagnética, y que resulta ser la teoría física más exacta de todas las formuladas hasta la actualidad. ¿Entonces qué es el vacío?, pues está claro que no es la Nada
Estudiando "lo que son las cosas" a nivel microscópico descubrimos cuán simples son estas, así como la gigantesca variedad de todo lo que existe, que igualmente se rige por unas pocas leyes que también son simples. El Universo, en su principio, era más bien una "sopa" de partículas, muy calientes, de mayor energía a medida que miramos más hacia el pasado. Es decir: los experimentos "de alta energía" permiten, entre otras cosas, comprender mejor el Universo cuando era mucho más joven, profundizando cada vez más hacia sus orígenes. El entendimiento del microcosmos y del macrocosmos son así una única ciencia en la cual, sorprendentemente, el ente que menos comprendemos es el vacío, y que parece no estarlo en absoluto: existiendo una diferencia notable y fundamental entre vacío y la Nada. El vacío, pues, no es la Nada. El vacío es una sustancia (o campo de Higgs) donde las partículas adquieren masa porque el campo de Higgs (uniforme por doquiera en el universo / en el espacio, e incluso dentro de nosotros) se las confiere: generando, un campo de partículas que tiene masa; y, por tanto, concluimos que el vacío: “no es la Nada” o, en términos físicos: “El Vacío No es Nulo”.((Llamar, por tanto, “Nada” o “la Nada” al vacío es una mala praxis; una simpleza impropia, de quien se supone, sabe lo que dice y de lo que habla, en todo caso es una afirmación cargada de utilitarismo frívolo y sin sentido, mas no para quien lo utiliza en su propio provecho)). Y si el vacío no es nulo: siendo este una sustancia, entonces esta sustancia (el vacío) se puede sacudir, creando vibraciones ((las vibraciones de una sustancia fundamental como el campo de Higgs (campo en vibración), son partículas elementales, como las vibraciones de las ondas electromagnéticas, son partículas de luz)), y estas vibraciones del vacío o la sustancia del vacío, son partículas elementales: una de ellas el Bosón de Higgs: entendemos, por tanto, que el LHC – Gran Colisionador de Hadrones) es en realidad una máquina que sacude el vacío, que al sacudir este vacío aparecen, o se crea este Bosón de Higgs.
Este Bosón (el vacío) interacciona consigo mismo y de esta interacción (del vacío que no está vacío: entre bosones) en su propio campo, crea a su vez una densidad de energía (medible y estudiada hoy día) que calcula una contribución a la energía del Vacío, que no está vacío, pues tiene esto (fórmula densidad de vacío) una cierta densidad de energía. De manera que se puede hacer una estimación, de cuál sería la densidad de energía de Vacío, o (constante cosmológica medida por los cosmólogos) así [Higgs = constante cosmológica (ᴧ)]. ((Formula densidad de vacío)) así la constante cosmológica medida por los cosmólogos s (ᴧ (cosmológic ≃ 10 X -56) es cincuenta y seis órdenes de magnitud (La medida del Higgs) “oops” se trata, pues, de una discrepancia, o una confrontación, entre dos cosas distintas, o dos maneras… una de medir, y otra de calcular, que difieren entre ellas en 56 órdenes de magnitud. ¿Qué pasa aquí? ¿No hemos entendido nada? ¿Algo hacemos mal?
Llegados a este punto, observamos que los modelos estándar del macrocosmos y del microcosmos colisionan entre sí, y además, o para colmo, no podemos unificarlas y esto es un problema, pues no podemos alcanzar, experimentando directamente, las muy altas energías requeridas para resolver muchos de los secretos del mundo de las partículas elementales. La filosofía de la ciencia ha dicho mucho sobre el método científico, suponiendo la existencia de un ambiente ideal en el que cualquier experimento deseado es posible; sin embargo, no ha tratado la realidad de las posibilidades experimentales limitadas con el mismo entusiasmo.
Einstein dio un empujón a la física cuántica cuando, además de la teoría de la gravedad (relatividad): predijo el fotón (el hecho de que la radiación electromagnética sea no solo una onda, sino un conjunto de partículas llamadas fotones) (El cuanto de energía fue tratado como una partícula cuando Einstein en 1917 le asignó un momento lineal p = hν/c. Por ello, expertos en historia de la física como Abraham Pais, afirman que Einstein introdujo el concepto de fotón en 1917). Sin embargo, en la pizarra de Einstein quedó y queda mucho espacio vacío, por llenar, por las futuras generaciones, aunque algunos se quieran adelantar sin los medios apropiados. Luego, aventurarnos más allá de este punto, sería aventurar más de lo probable y no sería física.
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