LA NADA COMO SIGNIFICANTE DIFERENCIADO, o POTENCIAL INDIFERENCIADO
Cuando hablamos de la Nada —que ya es mucho hablar de aquello que desconocemos— surgen dificultades sobre su conceptualización, representación y potencial realidad. La función simbólica en esta “no cosa” se torna aún más extraña e indescifrable, no hay forma / ni forma de entender, cuando la semiótica se torna inservible y defectuosa, al comprobar que con lo que tratamos es con lo indiferenciado, o como lo califican algunos: un potencial informe e indiferenciado. Terreno pantanoso este, reino de lo indescriptible, pues “la Nada” no tiene caracteres que la diferencian de otra cosa, siendo la vez -(meta-diferente)- o diferente de toda “cosa” (ente). (La nada / la desconocida) en su esencia nombra lo desconocido.
Así, al preguntarnos o preguntar por la Nada —nada en sentido estricto— como un potencial indiferenciado, surge de inmediato un bloqueo: primero, no nos sirven las comparaciones, pues no podemos comparar con nada lo que la Nada sea (?) ni tampoco podemos visualizar lo que de manera literal la Nada pudiera ser. Por tanto, no podemos explicar ni sugerir la realidad de esta “desconocida” informe y atemporal desde nuestra realidad, cuando queremos concretar aquello que no es concreto. Quizá, y en este caso más que en ningún otro, lo pretendido no se adecúa fácilmente para su entendimiento, por mucho se pretenda por algunos (revelar) definir o entender (lo que no está presente). Por ello y sencillamente, es un ejercicio de búsqueda condenado a fracasar, cuando el objetivo del ejercicio excede los dominios de lo existente, estando, además, más allá del ámbito de la ciencia o, sobre todo, si se relaciona a la ciencia: una ciencia que busca hallar en su fin la cosa para su estudio, al pretenderlo donde no hay ente. Aun así, algunos físicos insisten y proclaman su posible existencia —de una (Nada) creadora del universo— existente en un vacío que no es (tal vacío), donde no hay casi nada. Se diría que se parecen estos científicos, a aquellos helenos que terminaron por levantar un templo al Dios desconocido, (solo porque unas ovejas se pararon en un lugar que ningún dios había asociado con él; y dando lugar a que un altar fuese construido allí, sin el nombre de un dios inscrito en él). Pero lejos de la mera figuración u ornamento estético que supone para algunos cosmólogos, que tomaron para sí la Nada, ahora, esta como significante (y a diferencia de otros), hace de aquel (significante), una opción extraordinaria para abrir las puertas mentales a posibilidades infinitas para actuar sobre la realidad. Quizá, esa confrontación existente desde hace algunos años: entre la nada, como significante, y la Nada como potencial indiferenciado, es la que propicia la polémica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario