En relación al Apocalipsis de San Juan. ¿Por qué es importante? (Acerca de Dios -9 ) - / jordi maqueda

En relación al Apocalipsis de San Juan, In relation to the Apocalypse of Saint John

ubi ángelus adno libru aceptet. ubi primius iohanes cum angelo locutus est
Donde el ángel un nuevo libro Va a aceptar. Donde Juan habló por primera vez con el ángel


En relación al Apocalipsis, de San Juan
¿Por qué es importante?

“que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto. (Ap 1,1)

En mi caso tardé, y no poco, en darme cuenta de que había una relación, entre mi vida: lo que ocurría en ella y el libro de las revelaciones, o Apocalipsis; entiéndase cuando digo (apocalipsis) no refiero el fin del mundo, como tantas veces se malentiende, sino que refiero la revelación del Señor en los textos, su voluntad: "mostrar a los siervos suyos las cosas que se deben hacer pronto" (1, 1-2). Este método, "el apocalíptico" es ciertamente tan interesante como críptico, pero evita que los enemigos de Dios interfieran: desconociendo así sus verdaderos planes, solo revelados a sus siervos de  modo tan singular. Pero tampoco lo pone fácil a estos (sus siervos, al menos en nuestros tiempos) donde poco o nada estamos familiarizados con el lenguaje apocalíptico del Antiguo Testamento, que por ejemplo encontramos en Daniel, Ezequiel, y Zacarías. Para hacernos una idea, el Apocalípsis de Juan del Nuevo Testamento, tiene 22 capítulos, con un total de 404 versículos (suma de todos los versículos existentes en todos los capítulos) de estos 265 versículos contienen lenguaje del Antiguo Testamento. 

Pero el Apocalipsis, no es un libro fácil para casi nadie y menos como guía, resultando un libro absolutamente enigmático de entrada, que muchas personas entre las que me contaba, reconocen inútil leerlo. Sin embargo, me costaba pensar y aceptar, ya entrado en cavilación y llevado de la mano del Espíritu Santo —del mismo modo que debió ocurrir a los padres de la iglesia— que Dios hubiese legado una revelación tan impresionante a Juan, sabiendo de antemano que resultaría inaccesible al entendimiento: un enigma casi insoluble y contrario, por tanto, a una revelación. De hecho, la misma iglesia que finalmente lo aceptó —y sería por algo— no lo tuvo fácil, y la polémica entre los Padres respecto a la canonicidad del Apocalipsis duró varios siglos. De ahí, que comenzase a sumergirme en este, en el Apocalípsis, casi más por necesidad que obligación, aunque no en un primer momento del todo volcado, pero buscando alguna explicación en el libro: sus símbolos y alegorías, e igualmente, de ese modo encontrar — junto a lecturas al tiempo de otros textos sagrados—un sentido para mí y mi vida, y por supuesto: a todo lo que me estaba ocurriendo... pero ningún otro libro sacro al que recurrir, ni mejor para tal menester que el Apocalipsis, cuando este nos desvela con tanta premura, recomendándonos, ya de entrada: “guarda lo que en él está escrito, pues el tiempo está cerca” (Ap 1, 3). Entendiendo: Toma lo que está escrito, y  recuérdalo, pues el tiempo (tu tiempo quizás) está cerca y lo necesitarás, para poder reconocer a nuestro señor, en Gloria, e igualmente a su adversario, que es el tuyo. Y ciertamente, el tiempo está cerca (1,3), si no es ya el tiempo y lo ha sido siempre: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno, según sea su obra”. (22:12-13)

No hay comentarios:

Publicar un comentario