Donde Dios Edificó una Iglesia, Allí el Diablo También Construiría una Capilla.. / Where God built a church, there the devil would also build a chapel (Acerca de Dios -7 ) - / jordi maqueda

 Donde Dios edificó una iglesia, allí el diablo también construiría una capilla.. /  Where God built a church, there the devil would also build a chapel 


DONDE DIOS EDIFICÓ UNA IGLESIA
ALLÍ EL DIABLO TAMBIÉN LEVANTARÁ SU CAPILLA
"Where God built a church, there the devil would also build a chapel"

"Wo Gott eine Kirche baute, da baute der Teufel auch eine Kapelle ... So ist der Teufel immer der Affe Gottes". Colloquia Mensalia (1566). Muchas veces he leído esta frase del discurso de Lutero (protestante reformador) y me pregunto. Si el diablo es el mono Dios por seguirle ¿dónde nos deja eso a nosotros? ¿como unos apetecibles plátanos a devorar?
 
Por desgracia, no guardo mucha prueba de aquellos “primeros días y semanas de tribulación”, cuando mi desconcierto era mayor: solo algunas fotos que mandé a José, mi primo, por teléfono; pues, y de nuevo, volví a hablar con él, que es sacerdote, como ya dije anteriormente. Pero este entendió que yo veía cosas que él no entendía, dudando entonces de mí mismo, borrando aquellas primeras imágenes tomadas, aunque no las que le mande por teléfono que ahí quedaron. Es posible que yo no me supiese explicar, ni explicar lo que me pasaba..., pero tampoco podía, o incluso cabe que siquiera debiese haber dicho nada al respecto, debiendo hacer como ahora, limitandome a escribir solo en el blog—, pues no entendía nada de todo ello más que confusión, y a veces mucho terror, sin poder explicar más que la irracional fuerza que me llevaba a escribir (sobre la Nada, aquellos primeros meses) y a mirar al cielo de noche y de día, viendo allí formas inusuales y cambiantes que no entendía: angelicales unas y muy reconocible,; pero extrañas y muy inquietantes otras, pasando por mi cabeza entonces aquel texto (el Apocalipsis) de san Juan “el visionario de Patmos”. 

Por suerte, sería durante aquellos mismos días de  tribulación, que entendí (por medio del espíritu Santo) que lo que veía, era porque lo tenía que ver —o dicho de otro modo: que no me inquietara, pues pasaba lo que tenía que pasar y pronto lo entendería: ya que cuando el Señor concede un don o gracia, por medio del Espíritu Santo, para poder ver un poquito más y entender por el espíritu su voluntad, del mismo modo que esa gracia nos permite ver y entender asomándonos a las cosas espirituales, da acceso igualmente a lo que nunca desearíamos ver, y que viene a deshacer por todos los medios posibles e imposibles a la razón humana, lo que Señor antes vino a atar — por medio la duda y nuestras propias flaquezas— lo que era voluntad de Dios, y de lo que únicamente nos salva la fe (como una prueba, dentro de otra, donde se pretende mayor luz)—debiendo agarrarte a ella como el náufrago (por la fe) se sujeta a su balsa en medio del océano, donde apenas hay esperanza, pues como Simón/Pedro seremos pan comido, arcilla blanda, trigo triturado en las manos de Satanás (Lucas 22, 31,34). Aquella fue su advertencia a los apóstoles, que llega hasta hoy para nosotros, con más razón todavía para nosotros (incrédulos del mal). Pues a Satanás es más fuerte; más viejo; más listo y más engañoso de lo que tú y yo nunca seremos. A tal punto  esto es cierto que sin buscarlo, él nos encuentra, corteja, muestra y tienta; luego mirar o escuchar es sentirlo en nosotros proyectando lo que él desea, como si nos hablará desde adentro dominando nuestra voluntad: y hablaremos entonces sus palabras y lo que él nos muestre veremos, mas luego "juraremos" que fue voluntad de Dios, cuando fue obra de Satanás, y solo nosotros escuchamos y vimos.

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