Jordi Maqueda TEMAS / Reflexiones
La humanidad tiene necesidad urgente de un nuevo Dogma, o forma de entender e interpretar el mundo, y que responda a las necesidades actuales de estos tiempos; y no solo en cuanto a formulaciones, sino igualmente, al lenguaje, pues el tradicional se ha vuelto extraño y sibilino en manos de algunos medios, alteradores de una realidad que resulta cuando menos manoseada, donde la pesadilla "calderoniana" parece a todos perseguirnos, empujándonos a entrar a "la ruta hacia la servidumbre"1.
Nos hablan, desde pequeños, de los clásicos: de Aristóteles, Maquiavelo, Tocqueville, A. Smith, Marx, etc. y nos sensibilizan, afirmando, que existe un antagonismo natural entre los ricos, multimillonarios y el resto de todos nosotros; nos dicen que los intereses de estos ricos no son nuestros intereses; que sus verdades no son nuestras verdades; y que su vida no es nuestra vida. De modo que con el tiempo la riqueza material, no solo engendra desprecio por quienes no la tienen, sino que faculta a millonarios y oligarcas a pagar legiones de publicistas, académicos, periodistas e incluso, políticos, abogados y jueces para acallar, censurar y controlar el debate, sofocando la ruptura.
La desigualdad avanza galopando a paso ligero en el mundo: la destrucción de asociaciones, la reducción e incluso la eliminación de los impuestos a ricos y a las corporaciones, el libre comercio, la globalización, el estado de vigilancia, la guerra sin fin y la austeridad: son herramientas, que a través de los medios son utilizadas por millonarios y oligarcas para promover sus propios intereses. Unos intereses, que luego a nosotros se nos trasladan y venden como leyes naturales, o mecanismos para el progreso social y económico; incluso, mientras esos mismos oligarcas dinamitan los cimientos de las democracias liberales y exacerban una crisis climática que, no olvidemos, amenaza con extinguir la vida humana en la tierra. Y lo peor de todo: todavía hay quien se pregunta si existe el infierno. Algunas personas, es cierto, se sienten algo confusas, aunque no saben bien la razón y el porqué, o de qué es la angustia, una angustia que, con el tiempo, y cada vez más lastimosamente se hará presente.
1-En 1939, cuando residía en Londres, Friedrich Hayek proporcionó uno de los análisis más lúcidos de un futuro que tal vez no se atrevía a imaginar —unos años más tarde, iba a denunciar la “ruta de la servidumbre”, es decir, el creciente dirigismo de nuestras sociedades— pero que hoy es nuestro presente, el de los europeos del siglo XXI.
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